jueves, 24 de abril de 2008

La receta para un buen asado.

Desde los albores de la humanidad el hombre se ha dedicado a comer carne asada, ya fueran asados de mamut o parrilladas de brontosaurios(*). En otras ocasiones el ser humano mismo se convertía en el platillo principal de algún que otro depredador, pero como estos eran comidos crudos no es un tema que nos importe en este momento.
El diccionario de la Real Academia Española define al asado de alguna manera. No sabría decirle de cual porque la verdad que nunca me lo compré, sólo tengo un pequeño larousse ilustrado pero ni idea donde lo dejé. En fin, en las siguientes líneas le explicaremos como hacer un buen asado con el cual deleitará a sus comensales.
Antes que nada hay que aclarar que hacer un asado es cosa de hombres. Ninguna mujer podrá acercarse a su parrilla, solicite una orden de restricción si es necesario, pero manténgalas alejadas. El lugar de la mujer durante un buen asado es en su habitat natural, es decir la cocina, preparando la ensalada.
Hemos nombrado a la parrilla, elemento indispensable para hacer un asado, que usted, como gran asador, deberá elegir cuidadosamente. En primer lugar sólo utilice parrillas de metal, no haga como un conocido mío que era fanático del modelismo con fósforos usados y se hizo una con dicho material. Si, se le prendió fuego.
Llegado ya el momento de prender el fuego usted necesitará algún tipo de material combustible para encender las brasas. Un material ideal para esto es la madera. Si tiene usted piso de parquet levántelo a martillazos y utilícelo, que queda muy peronista. No le recomendamos usar cañas de bambú para este procedimiento, ya que son importadas de la China y son carísimas.
Quizás usted haya visto en algunos asados que el asador utiliza ciertos instrumentos para realizar su tarea, como por ejemplo una palita o una pinza para manipular las brasas. Gran error, un verdadero asador operará su parrilla muñido solamente de un palo de escoba en una mano y un vaso de vino en la otra. En algunos casos, asadores más valientes y peliagudos, usaran sólo sus manos.
Usted ya sabe prender un buen fuego, ahora es momento de hablar de lo más importante: la carne. Para un buen asado se calcula aproximadamente 4 kg de carne por comensal, sin incluir chorizos y achuras. Por las dudas agregue un par de kilos más, para no quedar como un menesteroso. Disponga la carne en el fuego, con el hueso para abajo, ponga los chorizos y las achuras, pero ojo ¡tenga cuidado! Deberá acomodar los productos cárnicos de tal modo que primero salgan los chorizos, luego las achuras y finalmente la carne. No hay nada peor que un asado mal sincronizado.
Una vez tenga la carne en el fuego solo deberá esperar a que se cocine de un lado, luego darla vuelta y esperar a que se cocine del otro, no es ninguna ciencia, amigo. Pero controle el fuego. Si usted ve que lo que antes era un buen trozo de asado rojo y jugoso ahora es una masa maciza negra y compacta quiere decir que el fuego era demasiado fuerte. Tire todo y empiece de nuevo. Si por el contrario, tras doce horas de cocción los trozos de carne parecen todavía con ganas de mugir, agréguele más brasas (de todas maneras, tras doce horas de famélica espera sus invitados ya se habrán dado por vencidos y lo habrán abandonado).
Finalmente no olvide que un buen asado deberá ser acompañado con vino tinto, de cualquier grupo o factor, prohíbale la entrada a todo hereje que tenga la sacrílega idea de tomar cualquier otra bebida. Y por favor, se lo pido encarecidamente, no se vaya a llenar con pan.

(*) En este blog sabemos que los seres humanos jamás convivieron con los dinosaurios, solo utilizamos la expresión parrillada de brontosaurio como un recurso humorístico.

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